Actualmente, sólo el 13% de los niños entre las edades de 5 y 14 años de edad van y vienen de la escuela a pie o en bicicleta—una reducción dramática desde el año 1969, cuando casi el 50% caminaban a la escuela. La consecuencia es que nuestros niños ya no hacen la actividad física que necesitan y tanto como el 25% del tránsito matutino se debe al transporte de niños a la escuela en vehículos privados. Además de los efectos sobre la salud por falta de actividad física, los distritos escolares y las familias gastan miles de millones de dólares en transporte y el volumen de vehículos alrededor de las escuelas congestiona el tránsito, contamina el aire y desgasta nuestra costosa infraestructura.